Hablar “bien” de Veracruz

  • Aurelio Contreras Moreno

Al menos en las dos últimas administraciones del gobierno estatal, aunque particularmente en la actual, ha sido una constante de funcionarios y políticos pedir a los medios de comunicación “hablar bien de Veracruz”.

Esto significa destacar “lo bueno” que sucede en el estado por sobre lo malo, con el ánimo de no crear una imagen negativa de la entidad que repercuta en la atracción del turismo y en el aterrizaje de inversiones, según la óptica de quienes hacen esas “sugerencias”.

Por supuesto, quien no atiende la “invitación” a hablar bien de Veracruz es tachado de mal ciudadano, casi casi de traidor a su estado, pues con sus críticas lo “perjudica”.

En los hechos, esto resulta ser un requerimiento de autocensura para minimizar o de plano ocultar hechos de violencia o de corrupción que afecten, más que la imagen de Veracruz, la de los funcionarios y políticos que no han cumplido con su labor a cabalidad, o que propician con sus actos y omisiones que eso de lo que no quieren que se hable, suceda.

Y para afianzar la idea de que en Veracruz todo está bien, se valen de las declaraciones de funcionarios de alto nivel o bien de personajes famosos, que unos por cortesía y conveniencia política, y los otros porque fueron invitados al estado por el gobierno, que los trata a cuerpo de rey y además les paga jugosos honorarios, hablan maravillas de una entidad cuya realidad, en el mejor de los casos, apenas conocen.

De Veracruz pueden decirse muchas cosas buenas. Pero no hay que confundirse. Hablar bien de Veracruz no quiere decir que haya que cerrar los ojos a lo que le lastima, como es el tema de la seguridad, que a pesar de lo que se diga en el discurso oficial, está muy lejos de ser un asunto resuelto.

Para muestra, el secuestro y asesinato de Gibrán David Martiz Díaz, ex participante de un concurso musical televisivo, y de un menor de edad que presumiblemente era su alumno de guitarra. Ambos fueron sacados por la fuerza del domicilio del primero en Xalapa, y una semana después, este pasado sábado 18 de enero, aparecieron muertos en un paraje rumbo a la zona de Huatusco tras un enfrentamiento entre fuerzas del operativo “Veracruz Seguro” y delincuentes, mismos que según la versión oficial ultimaron a sus víctimas antes de ser abatidos por los cuerpos policiacos.

No hay claridad sobre lo que en realidad ocurrió. El padre de Gibrán responsabiliza a la policía estatal del homicidio de su hijo, pues desde que éste fue “levantado”, su familia reportó que se lo habían llevado elementos de seguridad pública del estado.

El caso cobró relevancia mediática porque este malogrado muchacho participó recientemente en un programa de televisión de gran audiencia. Pero si hubiera sido cualquier hijo de vecino, cualquier ciudadano común y corriente, seguramente le habrían aplicado la estrategia del “aquí no pasa nada”, porque de lo contrario, se estaría “hablando mal” de Veracruz.

Pero no. Veracruz no tiene la culpa del desastre en el que lo han sumido sus gobernantes.

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Twitter: @yeyocontreras

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Aurelio Contreras Moreno

Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP). Inició su carrera en el periodismo como reportero gráfico en el Diario “Cambio”, en 1995, en la ciudad de Puebla, siendo aún estudiante.

Fue Subdirector fundador de Diario “AZ Veracruz” y Subdirector de Información en Diario “AZ Xalapa”.

Entre 2005 y 2006 participa en el proyecto periodístico colectivo “Horas Extra”, el primer periódico gratuito que se publicó en el estado de Veracruz, y del cual fue uno de los fundadores e integrante del Consejo de Redacción.

De 2006 a 2014 fue Director Editorial de Grupo Líder, que edita la revista Líder en los estados de Veracruz y Puebla.

Actualmente es colaborador de la revista etcétera, del noticiario radiofónico “Infórmese” de  EXA FM en la ciudad de Matamoros, Tamaulipas, y autor de la columna “Rúbrica”, que se publica en diferentes medios de comunicación, impresos y digitales.