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Bermúdez huye de la prensa al cuestionarlo sobre su renuncia

Organizaciones de la sociedad civil piden su renuncia, Secretario ¿Va a renunciar?

La pregunta quedó en el aire porque Arturo Bermúdez Zurita, titular de la Secretaría de Seguridad Pública, abandonó la sala de prensa, ubicada en el quinto piso de la torre de Seguridad Pública, en el centro de la capital del estado.

Desde que Arturo Bermúdez es titular de la Secretaría de Seguridad Pública, la dependencia se ha victo involucrada en caso de desaparición forzada de jóvenes veracruzanos.

El caso más emblemático es el de Gribán Martíz, el popular cantante del programa televisivo 'La Voz México', quien fue víctima de una desaparición forzada en Xalapa, Veracruz.

En este hecho están involucrados siete policías de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSP): Felipe de Jesús López Domínguez, Uriel Pérez, Manuel Ortiz Alarcón, José Luis Pérez Vela, Iván Cortés Espíritu, Mauricio Rodríguez Santiago y Abel Bruno Martínez, quienes se lo llevaron a bordo de la patrulla: 20-1778, placas 00-7191.

Por el caso Gribrán Martiz, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emitió la primera recomendación bajo la denominación de desaparición forzada.

Pero no es el único caso, organizaciones como Solecito Veracruz, el Colectivo por la Paz y grupos de padres con hijos desaparecidos han documentado más de 40 casos de desaparición, en donde están involucrados elementos policiales.

Ahora la Secretaría de Seguridad Pública atraviesa por un nuevo señalamiento de desaparición forzada, luego de que el lunes 11 de enero, cinco jóvenes desaparecieran en Tierra Blanca, tras ser abordados por elementos de la policía estatal.

Diez días después de la desaparición de los jóvenes, la detención de siete policías estatales –incluido el delegado de la SSP en Tierra Blanca-, y las solicitudes de renuncia del titular de la corporación, por fin Bermúdez Zurita apareció en la escena pública.

Lo hizo por cuatro minutos, en una rueda de prensa con medios seleccionados bajo un criterio aún desconocido –corresponsales nacionales, algunos medios locales, televisoras-, y sin derecho a preguntas.

Después de enumerar las acciones de la secretaría para localizar a los cinco jóvenes desaparecidos, Bermúdez se apartó del micrófono.

Todavía no abandonaba la sala de prensa cuando se le preguntó si pensaba en su renuncia. Pero el cuestionamiento solo sirvió para que más rápido que veloz abriera una puerta, se encerrara en la oficina continua, y los medios de comunicación se quedaran con las preguntas en la boca.