Preocupante, el número de casos de bullying en Xalapa

Vivian Martínez / Diario de Xalapa

La abogada penalista Margarita Arellano Hernández ha detectado 12 casos de bullying en escuelas de Xalapa, de los cuales dos son preocupantes por las circunstancias que involucran.

En entrevista con Diario de Xalapa, la especialista que realiza acompañamiento a las víctimas y sus familiares advierte que los maestros han incurrido en omisión en estos casos y con ello se convierten en partícipes de agresiones.

Al remitirse al caso del menor de Tamaulipas que murió a causa de las lesiones que le provocaron sus compañeros al azotarlo contra la pared, refirió que su maestra no le prestó el auxilio a pesar de haber presenciado la agresión.

"Ahí hay dos delitos: omisión de auxilio y participación al ser observadora. Eso es lo que deben darse cuenta los maestros, que si observan y no hacen nada se vuelven partícipes de las agresiones".

Por ello, los exhorta a despertar de su letargo y tomar medidas en estos casos. "Porque los maestros dicen que los papás son exagerados, pero que un niño vaya cumpliendo sus amenazas todos los días, es muy grave porque el niño no conoce el grado de daño, pero sí lo hace".

Uno de los casos que está conociendo en Xalapa involucra a una menor de edad que ha amenazado de muerte a la víctima, una compañera de la misma escuela, y lo preocupante es que ha ido cumpliendo sus amenazas, de acuerdo con lo que los padres han denunciado y con lo que la abogada ha investigado.

Margarita Arellano Hernández, abogada penalista con especialidad en género y derechos humanos, presidenta de la Asociación Civil "Mujer, Soy la Voz de Veracruz", se apoya en especialistas multidisciplinarias que forman parte de la misma y de la Comisión Estatal de Derechos Humanos para acompañar a las familias de las víctimas, que la contactan mediante su correo electrónico o teléfono, o mediante cartas que envían a su columna "Lex Femmes", que se publica en el Vocero de la Provincia.

"Desde que escribí sobre sus derechos, les mencioné las leyes y les advertí que no permitieran la agresiones me llegaron 12 casos, pero tengo dos muy preocupantes".

Margarita Arellano recomienda en estos casos la mediación entre las dos partes, porque se trata de dos víctimas, advierte. "Un niño es violento cuando sufre violencia en casa. Cuando me voy a conocer al otro niño, veo que también es víctima y se vuelve victimador, ejecutor de la acción en contra de otro niño".

Lo peor de estos casos, indica, es que los propios niños violentos que cometen bullying se vuelven víctimas de los maestros, que empiezan a señalarlos y decirles que son malos, a separarlos de los demás y a castigarlos. "Y yo me pregunto: ¿dónde están sus estudios pedagógicos? Tienen que meter pedagogía para tratar esos asuntos".

Advierte que si estos casos no se median y no se atienden ambas víctimas, es cuando ella como abogada interviene y denuncia ante el DIF Estatal y la Procuraduría General de Justicia.

Reconoció que en 2010 se giró una orden de aprehensión en contra de una directora y una maestra por un caso que involucró violencia y discriminación contra un infante, "porque a las maestras les caía mal la mamá y no le permitían que le diera sus medicamentos".

También admitió que se trata de procesos judiciales largos en los que muchas veces intervienen los sindicatos del magisterio para parar el procedimiento en contra de los docentes acusados, y, como consecuencia, los padres denunciantes se desisten.

En estos casos, Arellano Hernández exhorta a los padres de familia a no desistir, porque eso equivale a caer en la táctica que aplican las autoridades educativas para que se desvanezcan los casos.

Revela que, entre estas tácticas, está el intimidar a los padres de la víctima para que no sigan denunciando. Relata el caso de un alumno de la escuela primaria "Miguel Hidalgo y Costilla", cuya maestra le quitaba su lonche y le decía que estaba castigado sin recreo, o lo sacaba del salón y todo el día lo mantenía afuera.

Cuando el alumno le dijo a su mamá, y ésta acudió hasta la Subsecretaría de Educación Básica de la Secretaría de Educación de Veracruz, las maestras le giraron un citatorio "sumamente intimidante" en el que le requirieron su presencia con la de un abogado y una serie de pruebas. A la cita acudieron 17 personas, entre abogados de la directora, la maestra, representantes del sindicato y de las autoridades educativas, quienes le restringieron la entrada a los abogados de la madre de la víctima.

"La amenazaron con que si decía algo en contra de las maestras sin presentar pruebas se iría a la cárcel por falsedad ante la autoridad. Tuve que rebatir ante la gente del sindicato para que me dejaran entrar", revela Margarita Arellano, al relatar una serie de irregularidades en ese caso.

Advierte que en esos casos, "los maestros están cometiendo delitos no sólo de violencia verbal y psicológica, sino están coartando la garantía constitucional de los niños, que es la educación".

Arellano Hernández se decidió a estudiar Derecho cuando observó algunos casos de abuso escolar siendo madre de familia. Pero su primera carrera universitaria es licenciatura en Educación Física, que estudió por amor al deporte, que su madre le inculcó desde pequeña.

Logra combinar su agitada agenda de asesora jurídica en la asociación que preside -constituida legalmente hace dos años, pero con trabajo con varias de sus compañeras desde hace siete años- con el tiempo para la familia y para correr todos los días 10 kilómetros en el parque ecológico Macuiltépec.

Por si fuera poco, cada cierto tiempo acude a municipios y comunidades marginadas junto con la Iglesia Bautista de Xalapa, llevando no solamente apoyos materiales, sino asistenciales, como consultas médicas, bucales, ginecológicas, psicológicas, asesoramientos legales, así como servicios de peluquería y belleza.

Con la asociación civil "Mujer, Soy la Voz de Veracruz" también realiza jornadas jurídicas cada tres o cuatro meses en colonias marginadas de Xalapa, donde apoya a mujeres que solicitan acompañamiento para denunciar casos de violencia de sus parejas o la pensión alimenticia para los hijos; también hace una jornada cada año para llevar ayuda a personas necesitadas de El Conejo y Los Pescados en Perote.