Dan el último adiós a la psicóloga del IMSS asesinada

Nidia Sánchez / Diario de Xalapa

Xalapa, Veracruz.- Eran las 14:50 horas cuando el cortejo fúnebre salió del céntrico domicilio de la madre de la psicóloga Laura González Jiménez, quien también era mánager del equipo "Halcones" categoría infantil.

Ella fue asesinada el sábado 8 y localizada sin vida en uno de los departamentos propiedad del esposo, el abogado Faure García León, en Las Trancas, los cuales están deshabitados.

Había sonado la segunda campanada que anunciaba la misa de las 3 de la tarde y la iglesia Santa María estaba casi llena.

En tanto, el cortejo fúnebre caminó apenas una cuadra para llegar a la iglesia denominada también "Virgen de la Candelaria", construida en 1857, donde tras algunos minutos el sacerdote que oficiaría la misa apareció para dar la bendición a Laura.

El santuario fue insuficiente para la multitud que rebasó las 500 personas, entre familiares y amigos que permanecieron lo mismo adentro que afuera, algunos llevaban rosas blancas, rosas y rojas.

La misa versó sobre la vida eterna para Laura y cómo había terminado de una forma que no era natural.

Al término de la homilía, los padrinos de cruz encabezaron el cortejo fúnebre hacia la última morada de Laura González Jiménez, quien era trabajadora del IMSS en Xalapa. La calle repentinamente se llenó de quienes en peregrinación comenzaron con rezos y cantos.

En línea recta y luego de atravesar la calle principal que da acceso al pueblo, siguieron hasta llegar al panteón, donde los restos de Laura fueron colocados algunos minutos para un ritual de oración, cantos y rodearla de cirios encendidos que significaban la luz en su camino.

Esta vez familiares y amigos permanecieron dispersos afuera del panteón y adentro.

Al término de estas plegarias el cortejo continuó hacia el sitio donde descansarían los restos de Laura González Jiménez y los cantos volvieron, elevaron oraciones.

Un tío de Laura tomó la palabra para recordar de forma elocuente las virtudes de quien ya no está entre nosotros de forma física. Le siguió un hermano de Laura, el único varón, quien agradeció a todos por haberlos acompañado.